EL VIRUS EXISTE

Incrédulos como somos los mexicanos (y vaya que tenemos razones para ser así), nos cuestionamos sobre la existencia y malignidad del virus de la influenza humana A-H1N1.
Yo soy del club del escepticismo, pero después de platicar con un médico del sector salud a quien respeto por su dedicación al trabajo y profesionalismo, hoy tengo un panorama distinto.
A continuación resumo la explicación del especialista:

-El virus existe y de acelerarse su propagación podría matar a 40 millones de personas en el mundo.
-Aunque es más letal el dengue, el virus de la influenza es potencialmente más riesgoso porque se contagia de humano a humano, (mientras el dengue se transmite por el piquete de un mosquito infectado).
-Tercero; como el sistema inmunológico de las personas reacciona diferente, puede haber personas expuestas que nunca contraigan la enfermedad, otras sí, pero de la información disponible hoy se sabe que por cada 100 contagiados 6 pueden morir, es decir, la incidencia es de 6 por ciento, o sea, es alta.

Como bien me dijo este médico, quien labora en un centro de salud del interior del estado, desgraciadamente el problema está siendo manejado por políticos, no por epidemiólogos, no por expertos, pues de ser así el primer expulsado del gobierno sería el mismo secretario de salud (con más facha de porcicultor que de galeno), Alfonso Gutiérrez Carranza.
Ineptos, como son, es explicable la molestia de los ciudadanos, no obstante que la excusa de Emilio González por haberse reservado el dato de los enfermos, sí obedece en gran medida a que cada muestra debe recorrer un proceso muy largo, de laboratorio en laboratorio, antes de ser confirmada.

Y es que los políticos y las emergencias no se llevan, pues aunque Jalisco tuviera en este momento un gobernador del PRI, de poco serviría para dar tranquilidad a la población, de por sí irritada por los problemas económicos ajenos a su voluntad, (basta recordar el manejo irresponsable del gobernador priísta, Guillermo Cosío Vidaurri el 22 de abril de 1992 en Guadalajara).